La importancia de jugar con nuestros bebés

El ser humano es un ser social desde que nace y, en cuanto su desarrollo motor se lo permite, responde a nuestros estímulos interactuando con nosotros.

Por eso es tan importante jugar con nuestro bebé; su capacidad de aprendizaje, tan increíble en los primeros meses de vida, se ve espoleada si recibe una correcta estimulación temprana.

Aunque para crecer sano y feliz también precisa, por supuesto, que le proporcionemos los cuidados básicos y mucho cariño.

La importancia de jugar con nuestros bebés

El espacio de tiempo que va desde que un niño llega al mundo hasta que cumple los 2 años es trascendental. Se considera un ‘período sensoriomotriz ’, tal y como lo describe el psicólogo Jean Piaget; es decir, que aprende y progresa a través de los sentidos y el movimiento.

Jugar con nuestros bebésrequiere paciencia, confianza y mucha calma. Es bueno que el bebé tenga libertad de elección de las actividades que quiere realizar y está bien que les propongamos opciones para ello.

“¿Prefieres jugar con animales o con piezas de encajar? Esto hace que el niño aprenda a elegir por si solo y a escuchar sus propios deseos o inclinaciones.

Una buena manera de empezar es dejando que el niño empiece explorando los materiales y nos indique el camino para poder ayudarle, ya sea preguntándonos, con gestos o miradas. Es importante no anticiparnos a sus actos y descubrimientos.

Siempre que el niño cometa un error o se tropiece haciendo la actividad, es bueno dejarlo que se tome un respiro y aprenda el valor de la espera. No debemos pensar que nuestro hijo se está equivocando en ese momento utilizando, por ejemplo, figuras de animales.

No es, en esos momentos de dificultad, cuando se requiere una intervención repentina por nuestra parte, salvo que nos lo solicite el niño.

No debemos medir el tiempo que tarda en llegar a ese aprendizaje, sino en la manera que el niño hace frente a las dificultades, poniendo en acción sus habilidades para llevar a cabo ese propósito.

Durante el juego es bueno que dialoguemos con el bebé, cuando lo veamos dispuesto a interactuar y no esté concentrado en su trabajo. Podemos estimular el dialogo con frases que introduzcan a continuar con lo que está haciendo o repetir cosas que acaba de decir, demostrando así que le estamos escuchando.

También podemos por ejemplo explicar y describir lo que estamos haciendo, por ejemplo “Estamos dando de comer a la vaca”, “estamos reproduciendo el sonido del león”, etc. Necesitamos encontrar expresiones que fortalezcan el valor de la perseverancia y del esfuerzo.

Cómo jugar con nuestros bebés

Cómo jugar con nuestros bebés:

  1. Divirtiéndonos. Nos podemos sentar al lado del bebé, en una posición de igualdad, teniendo el deseo de estar con él, con calma y con la mente libre de pensamientos que distraigan. Debemos mostrar interés sincero y ver que divertirnos es un acto muy satisfactorio para ellos, ya que le hacemos sentirse importante y emocionalmente acogido. Debemos, por tanto, recordar que el niño tiene que divertirse y a la vez disfrutar haciendo actividades para fomentar su desarrollo.
  2. Utilizar materiales que permitan practicar y desarrollar sus habilidades: Podemos encontrar infinidad de juegos que nos permitan jugar, divertirnos y aprender. Juegos de colores, juegos de formas, juguetes de animales, etc.
  3. Presentar el material de la forma y momento correcto, haciéndolo estratégicamente observando los intereses del bebé.
  4. La posibilidad que el niño juegue solo, sin guía ni correcciones de un adulto. Por ejemplo, cada uno de los sonajeros gira alrededor de una característica diferente, en la que el bebé fijará su atención. Notaremos que el bebé toca repetidamente sus formas, explorándolos con las manos. Notará las diferencias de colores haciendo que unos les llamen más la atención que otros. Todas estas acciones harán que el bebé desarrolle sus capacidades visuales como del tacto.

En definitiva, cuando veamos que el bebé muestra interés, los adultos deberíamos continuar ofreciendo otras actividades diferentes relacionadas con la misma categoría de aprendizaje.

Si, por lo contrario, el bebé no muestra el interés suficiente o no se siente atraído por esa categoría de juegos, deberemos dejarlo a un lado para más adelante, y proponer otro tipo de actividad más acorde en sus necesidades actuales.