Si el juego es tan importante para el desarrollo del niño, si la inteligencia se desarrolla jugando, habrá que ofrecer objetos y materiales para el juego que favorezcan este desarrollo y su evolución. Tendremos que tener en cuenta en que momento se encuentra el niño y que necesita.

Tendremos que tomar una actitud crítica hacia los juguetes porque no todo vale, sobre todo en las primeras etapas cuando está descubriendo las características de los objetos y recibiendo las primeras experiencias a través de sus sentidos que le servirán de base para el desarrollo posterior.

Materiales para el juego abiertos

Me gustaría reflexionar brevemente sobre la calidad de los juguetes. El niño no necesita sofisticados juguetes para jugar, de hecho, es más interesante ofrecer materiales para el juego que sean abiertos. ¿Con esto que quiero decir?

Un juguete es el que juega por el niño, si nos imaginamos un camión de bomberos de juguete con luces y pilas, este se mueve solo, suena por sí mismo, tiene luces…

¿Qué es lo que puede hacer el niño aparte de mirar? Además, es posible que ni siquiera haya visto nunca un camión de bomberos real y no le evoque ninguna vivencia. El juego se vuelve totalmente pasivo y el niño un mero observador.

¿Pero qué ocurre si el niño no tiene camión de bomberos y de camino a la escuela ha visto a los bomberos trabajando? Pues el niño transformara cualquier objeto en el que necesita, por ejemplo, una pieza de construcción de madera será el camión.

Evocará lo que ha visto, lo reproducirá, su voz hará de sirena, su cuerpo se moverá por el espacio mientras mueve el camión con su mano, se imaginará las luces, la manguera., se implicará emocionalmente.

Será el protagonista de su historia, porque sale de dentro y el material, en este caso, una pieza de madera favorece que así sea.

Los materiales para el juego abiertos, esos que en realidad no son nada; anillas, palos, piedras, piezas de construcción, cuencos, botes, telas… se ajustan a las necesidades de cada niño y se van trasformando a la par que evoluciona el juego en complejidad.

Por ejemplo, un mordedor de madera servirá al bebé de estímulo para explorarlo sensorialmente, lo cogerá, lo tocará, lo olerá, lo chupará, lo dejará caer… y a través de esas experiencias descubrirá que sabe, huele, suena, tiene un peso, una textura.

Al niño de 2 años le servirá para otra cosa y al niño de 3 para otra todavía. El juguete abierto no tiene límite de juego ni de edad.

Materiales abiertos para el juego

Cuantas menos cosas haga un juguete, más cosas hará la mente del niño.

Nosotros creemos en esta filosofía y es por esta razón que para nosotros es importante atender al material con el que nuestro juguete esté fabricado.

Ya hemos visto que en los primeros años el desarrollo sensorial es clave para el desarrollo cognitivo, por lo tanto, los objetos que le ofrecemos al niño deben de ser de materiales para el juego naturales.

Tenemos que observar que sean seguros y que se ajusten a las necesidades evolutivas del niño, por ejemplo, si el bebé explora los objetos llevándoselos a la boca, hay que descartar objetos pequeños, tóxicos, que desprendan piezas…

Los juguetes comerciales tienden a ser bastante pobres en las posibilidades de juego. La gran mayoría de los juguetes disponibles en alguna juguetería son de plástico, material que poco aporta sensorialmente a un bebé cuando precisamente es lo que necesita para desarrollarse.

Además, favorecen juegos pasivos y cerrados; casi todos se limitan a botones, luces y pilas, en el que el niño se convierte en un observador pasivo cuya única función es presionar un botón.

Cuando un bebé explora un objeto ya hemos visto que necesita llevarlo a la boca, agitarlo, golpearlo, lanzarlo, ¡es parte del aprendizaje!

En cambio, la mayoría de los objetos están pensados para permanecer estáticos, para que no se pueda manipular; son grandes, pesados, rompibles, algunos incluso con ventosas incorporadas para que permanezcan estáticos sin poderse mover de la superficie donde se coloca.

Otros son tan voluminosos, como las mesas de aprendizaje que el niño no puede explorar realmente con los objectos que están fijos a ella.

La finalidad del juguete no es entretener al niño, es favorecer su desarrollo, por eso tiene que tener a su alcance una rica variedad de elementos que satisfagan su curiosidad, que pueda descubrirlos, transformarlos y crear.

Los juguetes de Piccoli Toys son hechos con materiales totalmente naturales, pensados para estimular y desarrollar los sentidos del bebé y su coordinación.